Ilustración de Aimeé Cervantes Flores
¡Lo admito! Quería, y lo digo sin paliativos, que mi obra a la que yo, huelga decirlo, tenía por potente y prometedora, causase un gran efecto aquella noche. A menudo se ha dicho así: “Ten cuidado con lo que deseas, porque puede ser que se cumpla”… ¡Acertados pronósticos!
Sí… aquel 25 de febrero del 30 Francia se convirtió en un hervidero ¿Si era aquello lo que buscaba, me preguntan? Lo ignoro. Diré, en mi defensa, que aún me hallo bastante conmocionado como para hablar con claro raciocinio y perspectiva del hecho en cuestión.