Censo
El afamado doctor G. ideó hacia el final de su carrera, un método certero para medir la desgracia. Con una serie de exámenes físicos, pruebas de laboratorio y los más diversos cuestionarios y crucigramas, afirmaba que era posible conocer con un imperceptible margen de error la magnitud de las diferentes tristezas y jeraquizarlas. Con esta solución se pretendía saldar de una vez por todas la interrogante histórica de quién sufría más. El Gobierno aplaudió la propuesta y prometió otorgar una exención de impuestos vitalicia a quien resultara ganador.