He visto partir a un hombre hacia el olvido.
Mi edad conoce la soledad
pero no le pone nombre.
Ya no existe quien me asombre
y pueda prestarme el miedo.
Ya no habrán culpas o enredo
que me impulse hacia otra cumbre.
Vivir será una costumbre
para alimentar mi credo.
Etiqueta: literatura y distancia
Instantes || Crónica de Juan Francisco Hernández
Estamos en agosto. Un verano cálido y húmedo. Hace tres años llegué a Bélgica y no me acostumbro al clima. Inviernos largos y fríos; veranos cortos y ardientes. Por la mañana me senté en la terraza, me quité la camiseta y me quedé tranquilo e inmóvil, como lagartija sobre piedra al sol. He pasado la otra parte de la mañana en el jardín, con los hijos de M, buscando caracoles.