Cuando el semáforo de Avenida Santa Rosa con Avenida Matta encendió la luz de alto, los vehículos detuvieron su marcha. A esa hora, cerca de las siete, aún no amanecía del todo, la ciudad comenzaba a despertar y ya había personas que caminaban por las diversas calles, algunos dirigiéndose a sus trabajos, otros, intentando sobrevivir.