La tercera edición del Festival Cinema Queer México no fue como las anteriores; en condiciones de pandemia, fue necesario encontrar alternativas virtuales a un evento que, anteriormente, había distribuido sus espacios entre la Ciudad de México, Querétaro y Tijuana. Ahora, la puesta en escena se realizó a través de la plataforma FilminLatino, y se intercaló con charlas que abrieran el diálogo sobre la representación positiva de las experiencias cuir, las ganancias que ya se han logrado en el ámbito político y social, y las necesidades que todavía nos atraviesan. En su afán por centralizar las narrativas LGBTQ+, el festival puso en relieve, de manera ineludible, tanto los contados pero valiosos avances como los profundos dolores y deficiencias que atraviesan a la comunidad en México, en especial cuando la comparamos con la de un país como Suecia, cuya embajada colaboró con la creación del festival y el cual estuvo representado en dos de los cinco filmes de la cartelera. A continuación, discutimos cada uno de ellos.