Corrían las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX cuando la literatura de Donald Barthelme (Estados Unidos de América, 1931-1989) se posicionaba como una bocanada de aire fresco en el ámbito literario estadounidense. Asociado con lo que se ha denominado “literatura posmoderna», Barthelme exploró en sus narraciones herramientas como la fragmentación y el collage, se adentró en la subjetividad y el mundo inconsciente de los personajes, además de que jugó con la sonoridad y polisemia de las palabras.