Ahogados
Fusilados
Quemados
Después de indecibles torturas
los muertos no olvidan.
Hay una memoria
en la nada
donde el espíritu flota
debajo del olvido.
Los demás,
los vivos,
van adelante
y en cada instante
la memoria pierde la casa,
en medio a la niebla
se vuelve noticias vagas
—Algunos se preguntan
si todo esto sucedió—
y donde la memoria se durmió
los muertos no olvidan.
Esos pobres cuerpos deshechos
todavía gritan
sus silencios
en el silencio del mundo.