Si el corazón pudiera pensar, se pararía.
Fernando Pessoa, El libro del desasosiego
El olvido, silenciosa e infatigable amenaza, ha estado siguiendo mis débiles pasos. Y ahora que advierto su agresión, como suele ocurrir con tantas cosas, ya es demasiado tarde: la maraña de mis recuerdos, arena contra la ventisca, se deshace con todos vosotros dentro. También conmigo. También, ¡ay!, contigo, querida Pilar.