Texto por Gonzalo Lizardo
«Musas bailando con Apolo» de Baldassare Peruzzi
1. Nunca la literatura (y menos la narrativa) será un acto solitario sino colectivo: un gesto social. Escribir sólo para uno mismo es onanista; escribir para la multitud es demagógico; escribir para la posteridad es una megalomanía cercana a la necrofilia. Lo ideal sería escribir para los pares: para aquellos lectores (pasados, presentes o futuros) con los que uno pudiera tomarse un café, conversar largas horas, cultivar la amistad y la polémica.