Le odio por haberse burlado de mí, en tanto que usted lloraba aquí conmigo… y usted… tampoco me hubiera dejado plantada como él lo ha hecho, pues usted ama de veras, mientras que él no me ha amado nunca…
Fyodor Dostoyevsky, Noches blancas
“Nice guys finish last” (“Los chicos buenos terminan los últimos”) dice la expresión. En la vida real, los hombres han estado bombardeados con ideales tóxicos sobre la “verdadera masculinidad” y la necesidad de reprimir sus sentimientos para lograr sus objetivos a todo precio. El cine clásico de Hollywood, por su lado, ha intentado ofrecer un modo de escape con historias donde la justicia poética triunfa y el héroe bondadoso es quien gana. Durante años, el llamado nice guy o buen chico ha sido el protagonista indiscutible de toda comedia romántica, quien consigue a la mujer de sus sueños gracias a la bondad de sus acciones. Hoy en día, sin embargo, este personaje se ve con otros ojos. ¿Es bondad lo que lo motiva? ¿O más bien la creencia de que mostrar el mínimo respeto le da derecho a estar con cualquier mujer?