Como un agujero negro, el capitalismo absorbe la energía hasta que “se come” todo lo que toca. Por ello, ninguna resistencia o ningún movimiento social y político puede iniciar desde él, entenderse en sus mismos conceptos y moverse con sus mismas prácticas. Encontrar, construir y sostener un espacio entre la tensión de la necesidad de producir para sobrevivir y también esté dedicado a descansar, cuidarnos y procurar el bienestar es un reto complicado; sin embargo, este es el objetivo al que se advoca Nuestra Venganza Es Ser Felices (NVESF), una colectiva de mujeres que busca que otras mujeres alcancen su felicidad lejos de las ideas del mindfulness vendido por el capital.