Ilustración de Aimeé Cervantes Flores
Jardín etnobotánico
El viento ulula entre los órganos rascacielos,
las profundas fosas nasales sirven como hornos de cal.
La biznaga chimuela se cita diario en el jadín etnobotánico,
madre gran biznaga qué solo observa,
¿cuándo se acabará el mundo para ella?
Vivir más de mil años, ¡qué más da!
Se escucha un canon a veinte voces,
las arcaicas cícadas no se cansan de graznar.
El leproso cuajiote comparte sus penas,
la flor de mayo, carpintera de coronas y cruces,
y entre susurros antiguos se resguardan las cuevas de Guilá Naquitz.
Los nubarrones se jactan de tener la razón,
¡qué no falte el agua! ¡Qué no falte el agua!
El amaranto, el chayote, la chía,
un pequeño cultivo de calabaza,
el maíz, el chile, el mexicano,
el agave mezcalero, todo plantado.