Ilustración de Carlos Gaytán
Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos.
Arthur Rimbaud – “Noche del infierno”
Ese adolescente que fuimos, que de alguna forma somos, se hace con un espacio en nuestras vidas. El espíritu joven evoca rebeldía y revolución; en él, se condensan las esperanzas y las inseguridades del mundo subjetivo. Es relevante porque los que se encuentran en sus primeros contactos formales con el sistema social son quienes tienen la oportunidad de cambiarlo. Eso explica las dimensiones que adquiere la lucha de los jóvenes en cuanto su propia realidad. La literatura nos da no pocos ejemplos de adolescentes resistiendo desde sus trincheras al modelo impuesto.