Tantas partículas – Reseña de «Kink and Particle», de Tiffany Atkinson, por Antonela Pallini Zemin

Kink and Particle (Gales, Seren Books, 2006) es la primera colección de poemas de la escritora británica Tiffany Atkinson. Atkinson es una aclamada académica y poeta galardonada. Nació en 1972 en Berlín y, luego de completar su Doctorado en Teoría Crítica en Cardiff, se mudó a Gales donde trabajó como profesora de Literatura y Escritura Creativa en la Universidad de Aberystwyth. En 2014 fue nombrada profesora en el prestigioso programa de Escritura Creativa de la University of East Anglia, en Norwich, Inglaterra, donde aún se desempeña.

Hace un tiempo fui a la biblioteca de la University of East Anglia a buscar la última colección de Tiffany Atkinson, que en la computadora de la biblioteca aparecía como «disponible», pero supongo que tenía tantas partículas móviles (la colección se titula So Many Moving Parts), que se las arregló para esconderse muy bien. Siempre obedezco al universo cuando este tipo de cosas suceden, y seguí mi intuición en vez de mi persistencia académica, y así fue que tomé Kink and Particle en su lugar, su primera colección publicada en el año 2006 por Seren Books. Esta colección debut fue una recomendación de la Poetry Book Society y ganó el premio Jerwood Aldeburgh a una primera colección de poemas. También fue nominada al premio Glen Dimplex New Writers. Kink and Particle nos lleva como en un travelling (una cámara que se desplaza en locaciones fílmicas) que recorre Aberstwyth, un pueblo universitario costero —donde Atkinson enseñó Literatura y Escritura Creativa—, a la vez que hace zoom en diferentes direcciones, para adentrarse o salirse, mientras la voz mira hacia su ser interior y hacia su infancia y experiencias de su pasado más cercano.

Si alguien que no conoce el trabajo de Tiffany Atkinson abriese esta colección y simplemente leyera la tabla de contenidos, los títulos de los poemas harían que quisieran comprar este libro tan rico de inmediato al encontrar poemas titulados «Teoría cuántica para principiantes», «El profeta León negro» o «El hombre cuya mano izquierda pensaba que era una gallina».

En Kink and Particle lo cotidiano y lo sublime se atraviesan mutuamente y se entremezclan. La naturaleza, la energía, las partículas aparecen en Atkinson como referentes (potenciales), como un medio para explicar lo que trasciende cada partícula de nuestra existencia en diferentes planos y capas, y que se resuelven y toman forma de diversas maneras, como por ejemplo a través de las metáforas sexuales y de flores en «Antorioum». Cuando leí este poema, todo mi mundo —físico y espiritual— paró y me hizo sumergir en el título de esta colección: Kink and Particle. Tal como el yo lírico nos lleva de acompañantes de paseo en su auto o trotando a su lado, el título de esta colección debut me llevó a una búsqueda por los senderos de los pueblos de la ciencia, los gráficos y juegos de efectos especiales, la energía, biología (con el concepto de «partícula» presente en todos estos), así como la fantasía y prácticas sexuales que se salen de lo convencional. Y supongo que, como el sexo «Kink» (no convencional), esta colección también se aparta de lo normal y «estrecho» de nuestros días y experiencias cotidianas.

En esta colección, parece haber una mezcla muy bien amalgamada y, quizá, una inquietud incesante relacionada con lo divino o metafísico y lo mundano. Así, por ejemplo, la voz en «Teoría cuántica para principiantes», contempla que el valor energético fluctúa y esa fluctuación tiene consecuencias físicas reales. Pero lejos de ser un libro plagado de metáforas metafísicas, Kink and Particle está conformado por poemas con una narrativa directa de tono confesional que permite cierta intimidad entre el lector y la voz de una mujer entrando sus treintas al contarnos que se «conforma con menos estos días» o que teme «no poder amar sabiamente». El sentido de inmediatez es creado en esta colección por los escenarios cotidianos en los que la voz, por momentos, observa la intimidad de otros y nos cuenta «rumores» del pueblo. Lo que parece casual en Atkinson realmente no lo es, ya que cuando describe experiencias del día a día, la voz ve lo que nadie más ve, como por ejemplo al notar como alguien en el pueblo limpia los pedazos/rincones que «nadie si quiera soñaría limpiar». La apreciación de lo que normalmente no observamos le da a esta colección una sensibilidad que a menudo se traduce en un retrato de lo cotidiano como pequeños milagros. De esta manera, la voz en Kink and Particle se embarca en la elevada tarea de capturar cada partícula de nuestras experiencias y objetos cotidianos (como un libro medio leído, una taza de té o una galleta mordida, en «Stroke«) y los usa para traducir y expresar ciertos aspectos escondidos de la vida, sean experiencias de la niñez, placeres de los veinte años, o una puerta que se abre hacia el mundo interior de alguien.

Quizá todas estas apreciaciones son posibles debido a que el yo lírico es diferente a los demás y esto es lo que le permite alejar un poco esa cámara que nos muestra otra perspectiva. Este contraste, este ser diferente y aun así inmerso en el mismo contexto que su familia o lugareños, le da la posibilidad a la autora de narrar desde dentro, lo cual ayuda a crear ese sentido de intimidad e inmediatez tan presente en toda la colección. Una forma casi de diario, por momentos, requiere de un lenguaje casual que, sin embargo, retrata imágenes increíbles en cada evocación. Por supuesto el uso de un lenguaje simple es sólo una elección, Atkinson puede usar el lenguaje como quiera y jugar con tópicos y géneros muy variados. Así pues, encontramos en esta colección debut poemas que usan de formas más complejas con vocabulario de campos específicos para describir cuadros, teorías cuánticas, técnicas fílmicas o la exploración de géneros como la receta, el sketch y el soneto.

Kink and Particle es entonces una especie de cámara que nos lleva a pasear en todas direcciones mostrando y explorando la realidad circundante, las experiencias, los placeres, y la introspección, los cuales nos preparan para las expresiones más metafóricas del descubrimiento del ser. Esta primera colección de Tiffany Atkinson, como el existencialismo, toma como punto de partida la experiencia humana como un señalador del mismísimo centro.


Autora: Antonela Pallini Zemin (Buenos Aires, 1988). Se graduó como Profesora en Lengua y Literatura Inglesas por la Universidad Nacional de La Plata en 2013 y posee un Master en Creative Writing Poetry por la universidad University of East Anglia, Reino Unido (2020). Sus poemas tanto en español como en inglés han sido publicados en diferentes revistas literarias como Pluma y Tintero (2019, España), Revista Revista Extrañas Noches (2019, Argentina), diario Ecos de la Región (2018, Argentina), Diaspora Magazine y Lifelines Magazines (2019 y 2020, Reino Unido, ambas revistas de UEA), New Writing magazine (Reino Unido, 2020), Harana Poetry (Reino Unido, 2020) y en Sue Scribe, Underwood Press (2019, Estados Unidos). En 2012 su obra ‘La Plata’s Cathedral’/‘La catedral de La Plata’ formó parte de la exposición Sketches by Boz en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires en el marco del bicentenario de Charles Dickens. En 2019 su poema «Silent Shouts» formó parte de la exposición Healing Words Displays en Pater Noster Square, Londres. En 2020 su poema «Malkuta» ganó el segundo premio en la competencia Julian of Norwich Writing Competition, de la Universidad University of East Anglia.