La moralidad se traduce, en ocasiones, como una condicionante dentro de la sociedad que, por consiguiente, genera una discriminación polarizada entre lo bueno y lo malo. Dicha ambivalencia ha sido producida por diversos factores históricos, filosóficos y sociales; sin embargo, no en todo momento ha sido aceptada… al contrario, se le ha discutido, cuestionado, satirizado o burlado. Tal es el caso del decadentismo, que durante finales del siglo XIX en Francia escandalizó a la sociedad de su época. Curiosa (2019) de Lou Jeunet, una cinta a estrenarse el 18 de octubre de este año, aborda este tema mediante la relación de Pierre Louÿs y Marie de Régnier.
En 1897, Marie de Heredia (Noémie Merlant) pertenece a una familia burguesa con problemas económicos. Es por ello que deciden casarla con Henri de Régnier (Benjamin Lavernhe), poeta y novelista simbolista. Sin embargo, ella en realidad no ama a Henri, sino a Pierre Louÿs (Niels Schneider), un poeta decadentista obsesionado con la fotografía erótica. La aventura entre ellos rebasará los límites de la moral y de la ética decimonónicas.
Pierre Louÿs, en 1917, varios años después del contexto de esta obra, escribió un Manual de urbanidad para jovencitas. Este tipo de libros, cuyo propósito moralizante invitaba al recato en sociedad, fue satirizado por el poeta, quien escribió más bien un libro sobre cómo tener contacto sexual en los momentos menos esperados. Esta transgresión hacia los valores establecidos y hacia las conductas condicionadas es la misma que toca la cinta de Lou Jenet.
Épater les bourgeois fue una expresión acuñada en la época por escritores como Baudelaire o Rimbaud y que podría traducirse literalmente como «espantar al burgués» por medio de la exploración de la vida mundana, los placeres prohibidos, los paraísos artificiales y la perversidad detrás de ello. Curiosa, sin embargo, se queda sólo en el plano de los placeres carnales fuera del matrimonio y del voyerista que busca satisfacer sus propios deseos.
Aunque en principio la película parece centrarse en Pierre Louÿs, al final se enfoca en la figura de Marie de Heredia, quien publicó en 1903 L’Inconstant, bajo el seudónimo de Gérard d’Houville. De esta forma, el protagonismo se traslada desde Pierre hasta Marie siempre unido por un lazo: la fotografía. Su función es mostrar el cuerpo, femenino principalmente, a la luz del antiquísimo proceso de revelar las fotografías en una cámara oscura y mediante el uso de ciertos químicos.
El filme se centra principalmente en la exposición fotográfica del erotismo y en la somera narración del triángulo amoroso entre Pierre, Marie y Henri. No obstante, el uso de ambos temas puede provocar tedio en los espectadores por lo recurrente en los mismos tratamientos, debido a la poca profundidad en la anécdota de la película y a la preponderancia de los espacios cerrados en las escenas.
Estas características impiden el desarrollo de una historia bien entramada y más atractiva, y provoca que la narrativa se diluya en sugerencias en ocasiones un tanto imprevistas y poco naturales. La escandalización que busca mostrar la película sólo se queda en la exposición visual, por lo que se estanca en ella.
Otro aspecto que resta verosimilitud a la cinta recae en la música. Es posible que su uso responda a un afán de acercar al público con la temática de la película (mostrar que la idea de la moral no se ha modificado demasiado a pesar de haber transcurrido poco más de un siglo). Sin embargo, más allá de acortar distancias, genera una ruptura con el pacto de ficción. La música rompe con la ambientación de las tomas, además de que aleja al espectador de los espacios, los decorados y las vestimentas de la Francia de fines del XIX.
Más allá de la crítica de estos rasgos, cabe destacar la sensorialidad de la película. A pesar de que destaca lo visual, también hay una presencia importante de los otros sentidos, como el oído o el tacto. Los enfoques ayudan a tener un acercamiento más íntimo hacia los personajes.
Curiosa no es una biopic como lo puede ser Gauguín, viaje a Tahití o alguna otra obra que trate el tema de un personaje histórico. Más bien, utiliza como pretexto a Pierre Louÿs y a Marie de Heredia para intentar nuevamente trastocar la sensibilidad del público actual en el siglo XXI. Su historia simple, el tratamiento lineal y la sobreexplotación de lo visual generan una película que si bien no generará grandes reacciones en el público, sí podrá cuestionarse sobre la (in)comodidad de explorar explícitamente el cuerpo humano sin contenciones éticas o morales.