La nieve rodea el panorama. Los árboles apenas lucen alrededor y el frío invade hasta las entrañas. La soledad se presenta ante la imponente blancura que se deshace con apenas el tacto. Desaparece. No hay certezas. Ni la nieve que corona el peral silvestre.
Sólo tú, un pozo y un peral silvestre.
Las interrogantes en la existencia nos llevan siempre a caminos sinuosos, en ocasiones inesperados. Nuestras más profundas realizaciones, las cuales traducimos con el nombre de «sueños», nos pueden desbordar al grado de agobiarnos y convertirse en pesadillas. El sueño moderno a veces se fragua en un sustento invisible, casi verosímil. La última película de Nuri Bilge Ceylan nos lleva por esos surcos, hasta perdernos en sus más profundas divagaciones, de tal suerte que exige al espectador. He ahí el gran reto de la película.
El peral silvestre (Ahlat Ağacı, 2018), cuyo estreno será el día de mañana, 10 de mayo de 2019 en México, es una película exigente, apasionante en su propio ritmo, profunda, compleja y ambigua. Sin embargo, a pesar de todos esas características, paradójicamente resulta sencilla en su narrativa. Sin duda, un portento de gratificante oscuridad.
Sinan (Aydın Doğu), un joven recién graduado, ha regresado a su pueblo con su familia después de una travesía académica. Su inquietud es la literatura, pero sus necesidades, las dificultades de su entorno y la fluctuante relación con las personas, le generan complicaciones para dedicarse a lo que le apasiona. «Ser o no ser»: escribir o sobrevivir. He ahí el dilema, tal cual Shakespeare lo planteó hace ya cuatro siglos. La búsqueda constante de Sinan por publicar su libro, El peral silvestre, lo llevarán a una serie de cuestionamientos que, es posible, no pueda resolver fácilmente.
Las preguntas nacen en la obra delante de las figuras espectrales de Beauvoir, de Nietzsche, de Woolf, de Kafka, de Cioran… todos escritores de pluma honda y con una superlativa carga existencial en sus libros. Sinan, más allá de la nula indagación en su psique que el espectador puede vislumbrar, también carga con ese peso de interrogantes imposibles de responder para un joven recién graduado.
El filme va de diálogo en diálogo, a veces alguno más denso que el anterior, a través de temas varios como la religión, el lenguaje, la escritura, la vida en Turquía o la ética. Con un ritmo cansino, la película transita en un dramatismo lento, con una gran carga de emotividad en ocasiones, aunque no estereotipada, exagerada o desbordante. Al contrario, la película logra mantener la sobriedad a pesar de lo denso en su guion.
El peral silvestre (el libro, no la película) es un símbolo del arduo trabajo y la realización personal a pesar de lo mezquino del mundo, del rechazo de la sociedad o de la complejidad en las relaciones humanas. En esta última línea, la obra de Ceylan profundiza bastante por medio de las situaciones de sus personajes.
Sinan y su padre, Idris (Murat Cemcir), dan vida al duelo en el vaivén entre la apatía adolescente y la mesura de la adultez. Es en esta relación en la cual profundiza en sobremanera el director turco. La significación de su contacto, a veces repetitivo, nutre a la obra de un sentido que se desemboca completamente en su final o descenlace. Hay una confusión entre, quizá, lo que sucede en realidad y lo que el padre de Sinan quisiera ver. En todo caso, la interpretación más idónea la tiene el propio espectador.
El tiempo se diluye en la película y pareciera que, en ocasiones, nos sitúa en una atemporalidad impredecible, que se deja guiar por las crisis existenciales de Sinan. En consecuencia, la película transcurre de forma lenta, por medio de diálogos prolongados y encuadres fotográficos memorables.
Sin duda, El peral silvestre no es una película apta para todo público. Esto no se debe a sus imágenes o su clasificación, sino a su constitución repleta de cuestiones que se contagian. Es una obra que más que dejarnos con certezas, nos deja llenos de incertidumbres.
Autor: Joshua Córdova Ramírez Escritor y estudiante de Letras Hispánicas en la FFyL de la UNAM. Director editorial de Revista Primera Página. Ha publicado en diversos espacios electrónicos y físicos. Ganador del concurso interpreparatoriano de Poesía. |