El séptimo sello es una película considerada joya del cine mundial, pues Bergman quiso plasmar las imágenes medievales en su filme y reproducir los símbolos del medioevo. También revela que el hombre, en su espíritu, no ha cambiado en la actualidad.
La película comienza con la escena en la playa mientras una voz en off lee el pasaje de Apocalipsis que habla sobre la liberación del séptimo sello «.Cuando abrió el sétimo sello se hizo silencio en el cielo» fragmento que anuncia el comienzo de la ira divina que racerá sobre todos los vivientes, aunque en la película se destaca el silencio como ese preludio antes del fin que es precedido por grandes estruendos, como el de la escena última. El caballero y su escudero yacen tirados encima de las rocas sin aparentes señales de vida, semejando haber sido escupidos del mar. El cuerpo vastísimo del océano representaba para las culturas antiguas el nacimiento, pues de ahí venimos: de la oscuridad acuosa que representa el vientre materno. También representaba el límite de la tierra recordando a los romanos quienes en su creencia de haber llegado al límite del mundo dispusieron un letrero en la costa más alejada de la península ibérica, cuyo lema enunciaba non plus ultra. Si se trata de un tema alegórico, el mar denota ambivalencia simbólica en tanto que es nacimiento/muerte. Aquí es cuando llega la muerte, personaje que únicamente aparece en el límite de la vida, tal como Jorge Manrique en las Coplas a la muerte de su Padre expresa que “nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar”, por lo que, en el intento de seguir aferrado a la vida, el caballero propone jugar ajedrez con la muerte. En ésta breve propuesta se nota la voz autoral insertada, debido a que Bergman menciona a la muerte representada jugando ajedrez en las pinturas medievales vistas por él. ¿Qué nos quiere decir el ajedrez? Hay piezas móviles que son sacrificadas, otras guardadas con recelo para usarse posteriormente en jugadas clave y decisivas. Dice Jorge Luis Borges en su poema Ajedrez: “En su grave rincón, los jugadores/ rigen las lentas piezas”. La playa es el rincón; la muerte y el caballero toman decisiones. Esto sorprende porque en la edad media el hombre individual no existía sino que existía el hombre colectivo dirigido por una fuerza exterior a él, metafísica. Nuestro caballero desafía la cosmovisión medieval: se rige él mismo bajo sus propios principios, usa el libre albedrío como pieza principal durante el juego, es su propio dios “Dios mueve al jugador, y este, la pieza./ ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza/ de polvo y tiempo y sueño y agonía?”; luego, comienza a caminar alejándose de la costa en intención de poder alejarse de la muerte. Quiero recalcar que, sin importar el género de la película ni la nula relación con la literatura clásica, la estructura sugiere una historia trágica, en el sentido aristotélico de tragedia, porque el personaje intenta eludir su destino( ligado a la concepción teológica del mundo) con la distracción del juego, pero finalmente no logra nada debido al terror (ocasionado por la vacuidad de la vida después de morir y el sentimiento de soledad inminente que le acompaña). Cuando alguien muere se desata una lucha interna contra todo el mundo precedente, conciencia y memoria se suman para otorgar un resultado al momento final. ¿Cómo enfrentan la muerte los personajes restantes? Suficiente es ver sus rostros, ¿han peleado la buena batalla o ni siquiera pasó por sus mentes que aquella noche reclamarían sus almas?
La siguiente escena presenta a otros personajes fundamentales, alegóricos a la luz, a la religiosidad devota y piadosa. El matrimonio de artistas lleva por nombre Jöf (José), Mias (María) y Mikael (Miguel) cuyo orden no encaja porque el nombre del niño debería ser Jesús y no del Arcángel Miguel que llama bienaventurada a María. La explicación es sencilla: si el niño se llamase Jesús, estaría sometido a los padres mientras no madura, pero al llamarse Miguel, tanto padres como el niño en sus representaciones alegóricas se someten al poder divino. Resulta curioso que Jöf sea el único que pueda presenciar visiones a manera de epifanías siempre que un suceso se acerca. El director de la pequeña compañía de teatro no encaja dentro del modelo familiar cristiano por ser tan iracundo. Hay un leve momento cuando se queja sobre la máscara de la muerte como si fuera un guiño del evento posterior donde logra escapar de la mano del herrero, pero no de la muerte.
Por último, así como a Juan le fue revelado el Apocalípsis en sueños, a los personajes de The Seventh Seal los sueños revelan ese pedazo de eternidad que les pertenece, así como dice Borges en su libro 7 Noches. Recordemos de igual manera que Borges propone al sueño como género y las pesadillas como especie y así, las pesadillas relacionadas con la muerte y el destino trágico, son en sí, la eternidad de la propia muerte.
Autor: David Paredes (Ciudad de México, 1993)Estudiante de Letras Hispánicas en la UNAM y colaborador en Primera Página. Ha publicado narración breve en revistas como Opción, La Colmena y EnEspiral. |