Henry James publicó en 1898 su famosa obra Otra vuelta de tuerca, en la cual las certezas se desvanecen ante nuestros ojos como simples posibilidades en un espacio incierto, misterioso y sexual. De ahí que su «vuelta de tuerca» sea el punto álgido en el que el lector cambie abruptamente el rumbo de su interpretación y de su entendimiento… lo mismo sucederá al público que visualice Fleuve noir (2018) o Sin dejar huellas, en español, una película de Erick Zonca, cuyo estreno en salas de cine mexicanas se realizará el próximo 25 de enero.
El decadente comandante François Visconti (Vincent Cassel) debe averiguar la verdad en la desaparición de Dany Arnault. ¿Fuga? ¿Asesinato? ¿Suicidio? La policía comienza a interrogarse, mientras Visconti se encuentra con Yan Bellaile (Roman Duris), un profesor de francés muy misterioso que dio clases al joven desaparecido. La historia, entonces, comienza a tomar ciertos vuelcos siempre inseguros, aunque al mismo tiempo llenos de probabilidad dentro de las sospechas.
En ocasiones, la película se torna un tanto rocosa y lenta, pues las investigaciones del comandante se basan en intuiciones que, a la larga, lo llevarán a explorar opciones que su equipo no considera ciertas. Esto, en gran medida, por el problema de alcoholismo que el personaje enfrenta, además de sus constantes peleas −no sólo verbales y legales, sino también de relación− con su hijo Denis.
Es a partir de ese tipo de consideraciones ética y morales que el filme logra una trama, aunque lenta, bien hilvanada −tan es así que el desenlace pende completamente de estas dimensiones humanas−. Cada personaje revela algo de sí mismo dentro del desarrollo que pareciera ser una pieza más para completar la historia; sin embargo, el mismo Visconti desde el principio se nos muestra sin secretos: desesperanzado, frustrado, incapaz de resolver ciertas dificultades. Con base en esto, el comandante es el centro de la historia y lo que conocemos, en gran medida, se nos revela a partir de sus ojos.
La película encierra temas que pueden ser incómodos para el público, no obstante su tratamiento, pues el hilo conductor se desenreda sólo en relación a la búsqueda del joven Dany y sus «pistas». Los hechos se exponen no para que el lector se posicione a favor o en contra de los personajes, sino para exhibir y demostrar que nada es lo que parece y que las apariencias engañan.
La verdad, por tanto, se convierte en un personaje fundamental e inmaterial dentro la historia. Como buen filme policial, las vertientes se abren en ocasiones aunque en otras se estrechen. No existe una sola verdad, sino múltiples que trazan un paso más dentro de la búsqueda del joven. El mejor ejemplo de ello es el profesor Bellaile, quien desde su primera aparición desconcierta a propios y extraños, por sus actitudes sospechosas y extrañas. En él se encarna gran parte de la ficción total de la película.
El personaje de Bellaile, además de escritor, es asimismo un escritor que se convierte en el mejor símbolo representantivo de la obra de Zonca:
Desconoce el poder de la literatura como herramienta para investigar el mundo, señor policía. La escritura es mi prisión.
Las palabras de Bellaile son una alegoría del filme y, al mismo tiempo, de la vida de François Visconti, pues es él mismo quien escribe la historia al encargarse de atar los cabos sueltos. Kafka, Camus, y hasta el mismo James merodean la narrativa de Zonca, no sólo como citas, sino también como referentes para interpretar la película desde un ángulo distinto.
Sin dejar huellas es una de esas obras que carecen de una narratividad sonora, pues no posee pieza musical alguna que al menos dé indicios de algo más. De ahí la importancia de asirse de otros pilares para seguir el paso de Visconti en toda la investigación.
El final, personalmente, me pareció maravilloso. Como Henry James manda. Luego de su tortuoso recorrido, François Visconti y los personajes sorprenderán al público. Erick Zonca encontró la vuelta de tuerca en una pequeña muestra del tour de cine francés 2018. No se pierdan la película.
Autor: Joshua Córdova Ramírez Escritor y estudiante de Letras Hispánicas en la FFyL de la UNAM. Director editorial de Revista Primera Página. Ha publicado en diversos espacios electrónicos y físicos. Ganador del concurso interpreparatoriano de Poesía. |