La Real Academia Española (RAE) define la palabra cultura como “el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico”. Siguiendo el hilo de esta afirmación podríamos pensar que se han multiplicado las vías para tener acceso a estos conocimientos. Por ejemplo, es muy común ver a las nuevas generaciones consumir cultura a través del teléfono móvil y en grandes plataformas como Netflix, Spotify o en canales de YouTube. Hay infinidad de sitios de este tipo que proporcionan contenidos culturales a través de series, películas o música provenientes de sectores encargados de la creación y difusión de dichos servicios y bienes, como el arte, el entretenimiento, el turismo o la publicidad. Es lo que se conoce como industrias culturales.