Había escuchado de Julia muchas veces en la Facultad pero jamás había tenido la oportunidad de cruzármela de frente hasta que compartimos la clase de Historiografía. Sin embargo, me sentía intimidada por la admiración que siempre he profesado a la manera en la que ha vivido el feminismo y su brillante análisis literario. Así que hablamos muy pocas veces hasta que el último día nos quedamos a platicar una hora después de que la maestra nos dejó plantadas.