Collage por I. A. Bosco
Siempre será mejor enfrentarse a los límites de una idea, los cuales se discuten y disputan a través de la práctica social. Tener esto en mente permitirá explorar qué posibilidades artísticas y del pensar se esconden en ella, igualmente ayudará a evitar o al menos lidiar con aquella posición que implica simplemente retirarse hacia las sombras en derrota y resentimiento a tramar venganza o abandonar la labor artística; ello es una posición conservadora e inmadura, la cual el joven creador se verá tentado a tomar. Superarle es una de las tantas pruebas de fuego que hacen o deshacen al artista; del otro lado, se renace vencedor. Generada por la frustración de los límites motivados por la realidad social artística y del pensamiento, esta posición de frustración termina por reforzar aquello que se pretende destruir, en este caso, ideas que restringen el camino del arte. La razón siempre encuentra el camino, así como sabe identificar qué le estorba en el trayecto de manifestarse en pensamiento y arte. El destruir, avanzar y/o reconfigurar una idea es algo mucho más sublime que la idea de la venganza, nuestra labor artística y del pensar pertenece y se desarrolla a plena luz del día, es una labor positiva; ahí es donde nuestro acercamiento experimental a la disciplina de la creación musical vive, al ser ella una combinación de lo ideal y lo material, y de lo ideal a lo material, su fluir, manifestación y desarrollo es arte y crítica en movimiento.