Ir al médico está sobrevalorado. No lo digo desde una posición escéptica a la ciencia, sino desde el desdén con el que, frecuentemente, la medicina occidental mira las otras formas de sanar, de procurar el cuerpo y el alma. La homeopatía, la herbolaria, la medicina tradicional son muchas veces señaladas como puro y mero placebo. No voy a discutir si lo son o no; sin embargo, creo que hay muchas formas de sanar, de cuidar nuestra esencia y aquello que la porta. Y dentro de esas otras maneras de curar(nos) incluyo el arte y, por extensión, el cine.