I
La mañana empieza
con un fósil
de resina incendiaria.
Chispazos
devenidos
humo
de venidos
hubieses que,
romos,
se han ido
fermentando.
Reseñas y recomendaciones de libros, reflexiones alrededor de un autor y su obra, lanzamientos de libros.
La mañana empieza
con un fósil
de resina incendiaria.
Chispazos
devenidos
humo
de venidos
hubieses que,
romos,
se han ido
fermentando.
cocinar no es un acto difícil si ya has aprendido a llorar
cortas la carne finges demencia y vuelves a penetrar
con el cuchillo
la misma herida zanjada por la sal
limpias tu herramienta prendes el fuego
procuras perfumar el aire chamuscado
Durante siglos, una voz masculina que pretendía ser universal ha dominado la tradición literaria. Por consiguiente, las vivencias de los hombres debían ser aplicables a todo el mundo, mientras que las historias con mujeres protagonistas sólo podían ser disfrutadas por un público femenino. Asimismo, toda experiencia femenina ha sido casi exclusivamente contada por narradores masculinos: hablan de nosotras, pero sin nosotras.
Lentamente se aproxima la niebla, ya no posee un lenguaje ni un cuerpo, pertenece a un sueño interminable que se vuelve aburrido y agotador. Ya no puede hacer nada. Lo que no podía llegar a ser ha llegado suscitando una realidad inevitable. Se va a repetir sin saberlo, a la misma edad y con el mismo sentimiento, intentándolo.
Collage de EpicAris
A María Ayala, Ana Aguilar, Manyanga y Yaceli
Para George Balanchine, el baile es la música hecha visible. Agregaría, también, que hay variaciones de esa visibilización de la música, puesto que en una canción puramente melódica puedes darle distintos grados de intensidad a los movimientos sin una clave que los implique necesariamente, o cuando hay varias bases de percusiones, puedes decidir atender a una o a otra con el cuerpo. El baile es lo más parecido y accesible a volar, en esa conjunción, ya que el patinaje artístico, el lanzamiento de paracaídas, el clavadismo o la gimnasia, son mágicos a los ojos del espectador, pero restrictivos para un gran número de personas que no pueden participar de esas actividades.
Luis camina por la avenida mojada. Vemos destellos de coches y luces húmedas a su alrededor. Huele al azul profundo de una tormenta de verano. De pronto, Luis se pone a bailar.
En el canon occidental, pecado y feminidad han ido siempre de la mano. “soy la muchacha mala de la historia”, uno de los poemas más conocidos de María Emilia Cornejo (Perú, 1949-1972), deconstruye este binomio y nos presenta un grito de libertad que resuena hoy día ante la necesidad de rescatar a diferentes autoras históricamente marginadas. Sin embargo, resumir la poesía de Cornejo sólo como “provocadora” o “desafiante” sería ignorar la multitud de lecturas que ofrece. Para una escritora que se suicidó a los veintitrés años y, como consecuencia, nos legó una obra breve, sus poemas tienen la madurez necesaria para ofrecernos un recorrido por su evolución intelectual y literaria. La Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la colección Material de Lectura, ha recopilado una muestra de su poesía como parte de la serie Vindictas. Poetas latinoamericanas.
Conduce el río al caimán. Es cierto, pero corriente arriba,
Eduardo Lizalde
sería peor; conduciría a los dioses que crearon al caimán.
A mediodía el sol reposa sonriente
en el sofá arlequín.
El invierno también trae consigo calor:
uno a uno van llegando,
en silencio o a carcajadas,
los monosílabos de la familia.
Un yo es un tú en un él,
que se multiplica en un ellas,
y en un nosotros y en un ustedes,
en el centro cristalino de la mesa
sobre la alfombra avellana.
Lo conocí en la vereda del Darién. Felipe era joven como yo. Tenía unos quince años cuando aceptó contarme su anécdota. Ese día estábamos sentados en la cama de su cuarto. Yo lo escuchaba con afección. Bebíamos juntos el café. Me hablaba sobre la guerra y la paz de nuestro país. Mientras, las balas tronaban allá afuera en los campos. En lo íntimo, claro que tuve miedo por mi vida. El combate percibido parecía ser aterrador. Eso, el traqueteo de metrallas, no paraba de sonar escandalosamente a lo rayano. Ambos sufríamos la angustia. Menos mal; logré respirar hondo, me controlé con la mente y proseguí en atención con el testimonio de Carlos Felipe.
Detrás del confort
separadas por una institución
esta sí
esta no.
El gobernador nos dirá una vez más que somos parte de un todo
pero ésta sí
y ésta no.