La poesía de Carmen Nozal: De la Guerra Civil Española a los 43 de Ayotzinapa || Ensayo de Alejandro Rivera

Como naciones, México y España han tenido una historia paralela. Desde la Conquista, ambos territorios comparten lengua y, en más de una ocasión, sucesos históricos y culturales. Fue gracias a la consolidación de la Monarquía española que se formó el territorio conocido como Nueva España; posteriormente, la Independencia mexicana dio forma no sólo a nuestro país, sino que también fue un momento clave para el de la península ibérica.

Sin embargo, no podemos concentrarnos sólo en aquel origen en común. El pasar de los años se ha encargado de hermanar a ambas naciones en más de una ocasión. Podemos marcar una pauta, por ejemplo, en decisiones trascendentales como la tomada por el presidente Cárdenas al extender una mano amiga para recibir a los exilados de la Guerra Civil Española.

La poeta Carmen Nozal —nacida en una provincia pesquera llamada Gijón, en Asturias, España, en 1964— vivió en carne propia los últimos años de la dictadura franquista que finalizó en 1975, cuando ella apenas tenía once años. Desde su juventud eligió la izquierda antifascista como ideal político. Se volvió un espíritu libre que decidió explorar el mundo, primero Egipto y luego México.

Enamorada del ambiente amable y amoroso de nuestro país, Nozal decidió permanecer en esta tierra, donde realizó la carrera en Lengua y Literaturas Hispánicas en la UNAM, formó una familia y realizó su mayor producción poética. A pesar del amor por México, Carmen Nozal es la viva prueba de que no podemos cortar lazos con nuestra hermana España.

Ella necesitaba rendir homenaje a los antepasados que le heredaron voz, letras e idioma. Es así como en el 2018 publicó República. Algunos de los textos de este poemario ya habían visto la luz, pero el formato íntimo que logra la editorial Parentalia, dirigida por Miguel Ángel de la Calleja, le dio un nuevo significado. Desde la portada ilustrada por Gerardo Torres, que guarda una profunda correlación con el contenido, hasta el formato portátil que permite la plaquette, hicieron un enlace metafórico con los textos de índole personal que rodean a la obra.

Los poemas nos hablan de su familia que vivió los embates de la guerra: la abuela materna, cuyo hijo se convulsionó como la tierra cada que una bomba caía; la paterna, que perdió a su hijo en el Monte de los Pinos y, al no saber escribir, firmó la noticia con su huella como una lápida; o Álvaro, quien esperó día con día bajo la misma promesa de los soldados: “En cualquier momento te vamos a fusilar”.

Los poemas parecieran cuentos breves que nos narran las historias de todos estos personajes, con un ritmo que juega con versos cortos que recuerdan a los romances. Los versos largos son utilizados para marcar ideas más importantes y construir imágenes complejas que nutren la narrativa del texto.

Quisiera rescatar el poema titulado “México”, que nos habla del cuñado de Paquita, un hombre obligado a huir de España tras la traición de su hermano. Toma un barco sin saber el rumbo y, después de un largo andar, llega a una tierra de arpas y marimbas. Accidental es la llegada del personaje a nuestro país, así como en su momento fue accidental el encuentro de Europa con nuestro continente.

Es así como Carmen Nozal nos habla de los puentes que, desde su experiencia personal, unen a México con España. Al mismo tiempo, también conocemos la voz combativa que heredó de su familia.

En la actualidad, los gritos de rebeldía emanados por la poeta han sido entonados en protestas feministas, pero años atrás su pluma no pudo evitar escribir el poema “Quién si no las moscas pueden mostrarnos el camino”, publicado en el libro Los 43. Antología literaria, compilada por Eusebio Ruvalcaba en 2015.

La construcción de este texto guarda una correlación con los escritos en República (2018), pues la voz poética nos narra el viaje de las moscas que circundan por las tumbas clandestinas de estudiantes, pero también de las artesanas y las costureras.

Ahora nos encontramos con el uso constante de versos largos, ya que las imágenes poéticas de “Quién si no las moscas pueden mostrarnos el camino” juegan un papel relevante. Sentimos la crudeza de la tierra, la desolación de los ropajes rotos y el terror de las risas espectrales del recuerdo.

El estilo de Carmen Nozal recuerda al de Elsa Cross o al de Octavio Paz. Sus versos también rememoran a poemas como el de “Memorial de Tlatelolco”, de Rosario Castellanos, o al de “Tlatelolco, 68”, de Jaime Sabines, que recuerdan los sucesos del movimiento estudiantil del 68, antepasado directo de la tragedia de Ayotzinapa.

Es imposible no pensar en la analogía que tienen las fosas comunes de la Guerra Civil Española con nuestras contemporáneas fosas clandestinas de la guerra contra el narco. Carmen salió de un panorama bélico para llegar a otro. Son sus textos, que enlazan a los dos países, los que nos recuerdan que estamos más unidos de lo que creeríamos, pues ambas naciones han sufrido los embates de los tiranos que destruyen al inocente.

«Sin amor no se puede ir a la guerra», escribe Carmen en el poema “Gallinas” de República. Y así como el soldado del texto rescata gallinas de los fascistas, la escritora rescata las voces de aquellos que se quedaron mudos por las balas y la violencia, y las resguarda en su poesía como el acto más amoroso. Porque sus textos no sólo sirven como testigos, sino también como un cúmulo de esperanzas para saber que siempre habrá una voz que le dará voz a los que no pueden gritar, incluso si es necesario atravesar el mar entero. El arte no tiene límites ni una nacionalidad, es de todos los que la sentimos, ya sea en México, en España o en la punta de la montaña más alta, donde se puede ver que las fronteras son sólo líneas imaginarias.

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Autor: Alejandro Rivera Rodríguez (1993). Egresado de la carrera de Lengua y Literatura Hispánicas por parte de la FES Acatlán, UNAM. Ha publicado poemas en diferentes medios, como Homenaje a José Luis Borges, NotiFES AcatlánRevista Primera página,entre otros; ha tenido difusión en espacios radiofónicos y su trabajo se ha presentado en diversos puntos del país como la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, la Universidad de Guadalajara y la Benemérita Universidad de Puebla. Actualmente, trabaja como jefe de prensa en el Museo Nacional de Arte, bajo la supervisión de la Mtra. Carmen Nozal. Publicó dos artículos en el periódico La Jornada: “Jaume Plensa, el artista detrás del muro” (22/10/19) y “Eduardo Matos Moctezuma en el MUNAL” (30/01/20).