«Papá está solo»: El lado no tan «padre» de la Navidad

Fotografías de Octavio Meléndez

¡Cursis y tontas películas navideñas! Cada año, diciembre tras diciembre, somos testigos de la misma trama: una persona amargada vive una aventura extraordinaria que le enseña los valores y la magia de la Navidad. Todo un discurso repetitivo que ha creado un género y un mito a su alrededor. Pero quienes vivimos las celebraciones decembrinas fuera del imperio ideológico hollywoodense, sabemos que la Navidad es bonita, aunque no tan romántica como se pinta. La obra Papá está solo, escrita por Miguel Alejandro León y dirigida por Miguel Santa Rita, da cuenta de ello.

Ésta sigue la historia de González (Hamlet Ramírez) que, impulsado por la melancolía de las fechas navideñas, planea la forma de volver a acercarse a su hijo con quien no habla desde hace tiempo. La ayuda de su padre (Alejandro de Hoyos) y su abuela (Yuriria del Valle) llevan a esta inusual familia a recordar su propia historia de rupturas, abandonos, tristezas y alegrías.

Papá está solo toma el motivo de la Navidad para mostrar el lado realista de una familia que, año con año, regresa a las mismas inquietudes. Mientras el más joven de los personajes busca solucionar un interminable problema con su hijo, el padre recuerda su propia historia de abandono y de divorcio; su abuela, a la vez, observa a sus “cabecitas de esfera” crecer al mismo tiempo que encara el alcoholismo. ¿Quién de todos los papás está más solo?

Pero no es realmente un insufrible y lacrimógeno drama el que se vive en la puesta en escena, sino una comedia vivaz, con un humor blanco que de tan tierno resulta efectivo. Poco espacio hay para la aflicción cuando los personajes nos inundan de alegría y de una tremenda energía positiva escena tras escena. No son necesarias las vulgaridades ni lo grotesco para llegar a la gracia, lo que coloca a esta obra en ventaja con buena parte de la televisión cómica actual y sus fallidos programas basados en los estereotipos de las familias mexicanas.

Destaca la narrativa de Papá está solo, en la que los actores brincan atrás y adelante en el tiempo y de un lugar a otro. González habla de cómo arruinó la infancia de su hijo con su partida, para después convertirse en un niño de diez años que inocentemente observa a sus padres separarse. Asimismo, la acción cambia indiscriminadamente de una sala de estar a un dojo, y de éste a una infame pizzería. Es una historia condensada, pero nunca confusa.

Papá está solo es el reflejo de una familia disfuncional, y la exploración hacia su pasado para encontrar en qué momento se desvaneció el amor. Es a la vez un acercamiento realista a la Navidad, en donde a veces hay peleas, conflictos y rencores, que no se muestran en la típica película romántica decembrina. Sin embargo, dentro de esta profunda reflexión hay un mensaje certero: cada persona lleva un pasado, y ni nosotros ni nuestras relaciones personales o familiares son perfectas… pero son reales. ¡Qué tengan todos una feliz…! No. ¡Que tengan todos una horrible (pero verdadera) Navidad!

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Papá está solo se presentará los sábados y domingos del 30 de noviembre de 2019 al 5 de enero de 2020 a las 12:00 p.m. en La Teatrería, ubicada en Tabasco 152, Colonia Roma, CDMX. El costo de las localidades es de $200 para adultos y $100 para niños. Boletos en taquilla o en el sitio web de La Teatrería. No hay función el 25 de diciembre ni el 1 de enero.