El sueño infinito - Aimeé Cervantes

El sueño infinito || Cuento de Isaac Gasca

Ilustración de Aimeé Cervantes

Cuesta trabajo abrir los párpados al amanecer después de otra noche intentando dormir. La mirada pesa, los ojos duelen. Siento que floto, como si mi cuerpo estuviera inflado con helio. De un momento a otro levitaré. Humecto mis ojos con un gotero que lo mismo podría contener fuego. En el espejo observo que las ojeras se levantan bajo mis ojos como un muro infranqueable que prohíbe entrar al sueño. Mis ojos se tornan más negros, más pronunciados mis gestos. Llamo al trabajo para pedir otro día de descanso. El jefe me otorga el permiso y me recomienda un psiquiatra, el tercero en lo que va del año. “Claro que sí, Julio. Tómate el tiempo que quieras a cuenta de tus vacaciones”. Cuelgo. Mi casa fría, blanca, vacía, es una perfecta analogía de mi corazón roto, duro, estéril. Por la falta de sueño agrego sal a la leche, azúcar a la carne, miel a la pasta. Si existe la vida después de la muerte debe comenzar así.

Una mujer delgada se sienta conmigo para compartir la mesa. “Vine por ti, ya es hora”, “¿Quién eres?”, “No hagas preguntas bobas y sígueme”, “Al menos permíteme tomar mis cosas”, “No conviene cargar con nada. Deja todo. Libérate”. Con un suave movimiento que parece caricia la silueta me despoja de mi ropa. Tacto de hielo. Un témpano. “A donde vamos es mejor ir solo con lo indispensable. Suelta todo. Incluso el cuerpo». En ese momento caigo al piso sin vida, como una cáscara de plátano o una envoltura. Pero no soy yo, es mi cadáver el que permanece en el piso. Lo miro por última vez. Sonrío. “Gracias por estas décadas. Fuimos un gran equipo”, “Déjate de tonterías, Julio. Eso solo era un receptáculo. La luz eres tú”. La mujer me toma la mano para cruzar con ella un túnel oscuro. Siento mucha paz.

“Te conozco. Te he visto antes”. “Más de lo que imaginas. Nos hemos visto cientos, miles de veces. Y nos veremos muchas más. No temas. Soy una vieja amiga”. Ahora entiendo: la silueta estuvo junto a mí los últimos días. Me siguió a todas partes, a toda hora. Si cruzaba una calle me seguía como una sombra, si sorbía un café me esperaba sentada a escasos metros. Estuvo cuando más la necesité. “Julio, en esta ocasión me toca recibir tus momentos malos. Dámelos. No te quedes con nada. Sácalo todo. Desahógate. Quiero entregarte bien.” Media hora de gritos y maldiciones. Lágrimas, reproches, golpes, frustraciones y rencor. “¡¿Por qué?, ¿Por qué yo?, ¿Por qué nunca?!” La muerte tiene algo lindo porque se lleva todo lo que dolió en la vida. Te cura. Al terminar de expresar mi historia (la misma historia que escucha miles de veces cada segundo: los logros, los fracasos, los amores…) la muerte besó mi boca. Perdí el equilibrio al sentir su mandíbula. Caí hecho un ovillo a los pies de mi amiga. Ella se sentó junto a mí hasta que cerré los ojos. “Duerme, hijo mío. Duerme por última vez con esta consciencia…”

Despierto de golpe. Alguien me da un manotazo en la nalga izquierda. Lloro. Un quirófano, dos enfermeras, un doctor y una señora desconocida me abraza para arrullarme.

Tengo sueño, cierro los ojos y duermo.

Slaapliedje

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Autor: Isaac Gasca Mata (Puebla, 1990). Licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Es autor de los libros Ignacio Padilla; el discurso de los espejos (BUAP, 2016) y Tristes ratas solas en una ciudad amarga (UANL, 2019). Becario del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. Actualmente es docente de literatura en Baja California Sur.

Ilustradora: Aimeé Cervantes Flores (Oaxaca, 1995). Egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Profundizó sus estudios en la ilustración, la cual considera su pasión después del cine, la literatura y la música. Entre sus logros se encuentran: Exposición colectiva en el Museo Franz Mayer con motivo de “El mundo de Tim Burton”; participación en un mural colectivo de su facultad y como directora de fotografía en el cortometraje “Otro Muerto” del Rally universitario del GIFF.