“Una niña es una cosa a medio formar”: Fragmentos dulces de una vida agria

¿Qué sentimos al morir? Quizá es cierto que recorremos un largo y húmedo túnel, en el que revivimos cada uno de los momentos más importantes de nuestra vida mientras caminamos en trance hacia la inminente luz: aquellos que nos hicieron suspirar, los que nos sacaron lágrimas, o los que nos provocaron dolor en el estómago de la risa… Esta sensación de añoro, de melancolía por la imposibilidad de volver, es justo la que retrata la obra Una niña es una cosa a medio formar, dirigida por Juan Miranda.

Adaptada por Annie Ryan a partir de la novela original de Eimear McBride (A Girl Is a Half-formed Thing, 2013), Una niña es una cosa a medio formar nos transporta por la vida entera de una mujer cuyo nombre nunca conocemos, pero a quien su anonimato le confiere una máscara de universalidad. A través de un apasionado monólogo, la actriz Pia Laborde Noguez interpreta una crónica de la sexualidad femenina, en un mundo interior trastocado por el abuso sexual, una familia en extremo religiosa y un hermano víctima de una grave enfermedad.

Fotografía por Daniel de Laborde

En un escenario minimalista, Pia Laborde grita, susurra, llora recuerdos fragmentados e inconexos, que forman la telaraña del pasado. Frases se interponen las unas con las otras en la danza de la mente; ahora escuchamos los rezos de una anciana, ahora las frivolidades de los “populares del colegio”, ahora los consejos de la mejor amiga de la protagonista, y ahora a la protagonista misma, en un ir y venir de momentos evocados. Risas y suspiros llegan de parte del público, en una metáfora de los altibajos de la vida misma.

Fotorgrafía por Daniel de Laborde

En cerca de una hora, los espectadores viven otra vida. Son invitados a la mente de alguien más para presenciar una infancia, una adolescencia y una adultez ajenas a la suya, pero que pierden la otredad y se vuelven íntimas. Esto con un estilo de narrar que quizá recuerde a lo que James Joyce logró con su Ulysses en el siglo XX, aunque algunos pasajes tal vez sean más dignos de la obra de William Burroughs y su técnica de escritura cut-up, que consiste en yuxtaponer frases aleatorias para formar una historia completamente nueva. ¿Acaso nuestra mente misma no es sólo una colección de frases combinadas? ¿Qué es ficción y qué es real?

Fotografía por Cristina Kahlo

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Una niña es una cosa a medio formar se presenta en el Auditorio del Museo Tamayo, ubicado en Avenida Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec I Sección, CDMX, 11580. Sus últimas funciones serán el 24 y 25 de agosto a las 18:30 horas. El costo de la entrada por persona es de $250. Boletos en taquilla y a través de La Teatrería (más cargos).

Arturo Meléndez
Autor: Arturo Meléndez. En búsqueda de las seiscientas sesenta y seis canciones del soundtrack de mi vida. Ávido fanático del consumo cultural y otras vicisitudes capitalistas. Medio cinéfilo y bibliófilo y medio. También escucho harsh noise… y hasta lo que no se ha inventado.