«Necesitamos que el artista tenga el mismo respeto que un ingeniero o un doctor»: entrevista a Gerardo Hernández

Fotografías de Octavio Meléndez

El arte no siempre refleja lo que aparenta en un primer vistazo. Gerardo Hernández, pintor mexicano, presentó en Microforo su obra Vacío, la cual invita al espectador a ser más observador de lo que es en primera instancia. Asimismo, nos contó un poco acerca de su visión del arte en México, el papel del artista en la sociedad y las complejidades que afronta en el mundo actual.

Primera Página: Cuéntanos, ¿qué haces en Microforo?

Gerardo: Me invitaron a exponer una de mis obras. Yo soy compañero de Fey y me ofreció un espacio de exhibición para comenzar a sobresalir, que no sólo tenga de espectadores a familiares y amigos para que después se quede en la casa. Entonces aquí estoy. Además para conocer a gente talentosa. Me gusta mucho, porque siento que me círculo de amigos debería ser con gente con la que también pueda trabajar. Que no sea sólo el ámbito de la fiesta, sino además para realizar proyectos o trabajos.

PP: ¿Qué obra presentas?

G: Se llama Vacío. Es una mujer sentada en un círculo negro. Si se acercan las personas a verla pueden darse cuenta de que la mujer está llena de cicatrices. La idea es que de lejos es una mujer sentada, pero si te acercas te das cuenta de lo que le sucede. Es una alegoría de la vida real. Crees que las personas están bien, pero cuando te acercas a conocerlas o simplemente a observarlas, puedes darte cuenta de que no lo están. En ocasiones no lo expresan.

PP: Ésta es tu primera exposición. ¿Cómo te sientes al respecto?

G: Sí. Estoy muy emocionado… Siempre me he dedicado al arte, pero nunca había podido exponer mi trabajo. Bueno, ésta sería la segunda ocasión, pero la primera fue por parte de la escuela. Esa muestra está de «gira». Hicieron una presentación sobre el feminismo y ahí fue donde realicé algo. Esa misma expo creció como muestra de optativas de preparatoria y ahí estaba también. Sin embargo, sí… estoy muy emocionado.

PP: ¿Cómo llegaste al arte?

G: He estado ahí toda mi vida. Antes quería dedicarme a la música. Estaba en la orquesta sinfónica de mi escuela. Tocaba el clarinete. Toco el clarinete, la batería, el teclado y… flauta, más por mi cuenta. La otra parte de mis intereses es pintar y dibujar. Toda mi vida lo he hecho. Cuando fallé en la música, cuando no pude seguir por diferentes razones, decidí adentrarme más al arte y tratar y crecer en este mundo. No sólo hacer un dibujo y que se quede arrumbado.

PP: ¿Artistas que admiras?

G: ¿Artistas… internacionales o amigos?

PP: De cualquiera de los dos.

G: Dos de mis inspiraciones principales en la escuela son: Samara, es una chica de noveno semestre casi, muy buena en lo que hace; y mi amigo, quien es mi mentor. Se llama Roberto Alcántara. Ellos son mi inspiración. Él es líder de una asociación LGBT en la escuela. Yo quiero ser como él. Quiero que la gente me vea y se inspire por lo que hago. Artistas internacionales… Caravaggio es mi top. Siempre me ha inspirado. Sus obras son las más perfectas que conozco.

PP: ¿Cuál es tu proceso de creación?

G: Cuando estoy trabajando en una obra, normalmente comienzo con una pequeña lluvia de ideas. Luego, empiezo a hacer bocetos: hojas, hojas y hojas. Ya que por fin tengo concreta la idea, el boceto pasa a un dibujo preliminar que es una versión chiquita, a lo mejor con color o sin color. Esa versión me ayuda a definir los mismos, composición general, entre otras cosas. Una vez que esa versión me gusta, ahora sí paso a una versión grande. Normalmente tengo mi hoja de papel gruesa para acuarela, y es ahí donde entinto. Me gusta entintar con plumillas. Mi hoja del boceto va abajo, entinto y quizá la idea vaya cambiando. Siempre busco mejorarla y al final es mejor hacerlo a color. Quizá la idea cambie también, puede que no me termine gustando, pero me mantengo flexible hasta el momento de poner color. Así, si la idea cambia o no me gusta, pueda hacerla más contundente.

PP: ¿Tu técnica predilecta sería la acuarela?

G: Acuarela y tinta china. Es lo que más uso.

PP: ¿Qué esperas con estos eventos?

G: Primero, conseguir que la gente volteé a verme. Aparte quiero utilizarlo como un medio para empezar a promover algunas ideas, como la situación que estamos pasando o algo que se relacione con sentimientos personales o grupales; pero mi objetivo principal es conocer gente.

PP: Esto me recuerda a una novela de Elena Garro, una novela muy biográfica, en la que el personaje Augusto, que es Octavio Paz, comenta: «Los intelectuales somos los príncipes de la nueva democracia». ¿Crees que somos los príncipes los intelectuales por crear estos círculos para buscar un fin?

G: Pienso que sí, pero la sociedad sigue volteando a ver a los artistas sin seriedad. Si tengo a un lado mío a un ingeniero y le preguntan: «¿en qué estás trabajando?» Y luego de que responda me preguntan: «¿y tú?» «Pues… estoy haciendo una colección de arte», no te toman tanto en serio. Ese es un problema. No nos toman en cuenta. Necesitamos que el mundo volteé a ver al artista con los mismos ojos de respeto con los que miran al doctor, al ingeniero.

PP: ¿Cuál piensas que es la utilidad del arte para la sociedad? Porque los ingenieros o los médicos son «más valorados» que los artistas porque, en esta parte mayormente utilitarista, piensan que son útiles y los toman como tal. ¿Cuál sería su utilidad?

G: El arte está en todos lados. El hospital que contrata y necesita a un doctor requiere de una imagen. Ahí está. El ingeniero que promueve un nuevo producto necesita a un artista para que realice su imagen. Siempre he pensado que la mejor forma de hacer arte ahorita es el cine, porque te puede decir lo que sea. Un artista puede expresarte emociones y es algo que la sociedad necesita. Que el mundo de una persona no es sólo trabajo, trabajo y más trabajo; además de eso hay sentimientos, hay emociones. La importancia de un artista es que ese artista puede llevar emociones y sueños a la concreción. Si un artista dibuja el sueño de alguien más, ya no es necesario contarle el sueño, puedes mostrarlo. Eso es algo que todos deberían hacer.

PP: ¿Qué es lo que buscas expresar en tu arte? Un distintivo que la gente ubique de tu obra.

G: Es una pregunta difícil. Mi objetivo principal era expresar sueños, pero ahora lo que me gustaría que me identificara es que una obra tenga un significado a la distancia, pero si yo me acerco tiene todo un trasfondo detrás. Como la imagen de esta exposición. Una obra con muchas perspectivas. Si lo ves desde diferentes ángulos tiene distintos significados.

PP: O sea buscar el detalle artesanal. El último toque.

G: Sí. Exacto.

PP: Para terminar, ¿tú cómo ves la situación del arte en México?

G: Yo pienso que faltan espacios más que espectadores. Hay en todos lados. Espacios no. Uno de los grandes obstáculos es lograr que tú, como artista, puedas exhibir tu trabajo. Un espacio serio. Si hubiera más espacios para artistas en desarrollo y para artistas mexicanos independientes, el arte tomaría respeto. No tendría que tener un sobrenombre para poder vender, sino que yo pueda mostrar mi trabajo como tal. «Muéstralo, éste es tu espacio».

PP: Muchas gracias, Gerardo.

G: A ti. Muchas gracias.

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