¡Viva México, Cuarones!

La generación de los últimos 10 años podría tomar como normal que, en la actualidad, México esté nominado a «Mejor película extranjera» con Roma de Alfonso Cuarón, ya que los realizadores mexicanos han estado protagonizando las entregas de premios más importantes en todo el mundo: La Berlinale, La Mostra en Venecia, San Sebastián, Sundance, Cannes, etc. Sin embargo, lo que es de reconocerse es su protagonismo en los premios Óscar de los últimos 5 años… además, no en cualquier nominación: «Mejor director», «Mejor película», «Mejor guión» y también «Mejor fotografía».

Nos remontamos al año de 1960. Macario de Roberto Gavaldón es nominada al Óscar como «Mejor película extranjera» y competía, para ese entonces, con Ingmar Bergman y El manantial de la doncella, la cual se llevó el reconocimiento. No obstante, la historia de Roberto Gavaldón se quedó para ser una de las películas mexicanas más emblemáticas del cine nacional: su estilo, un tanto impresionista con esas tomas abiertas dentro de la gruta, hizo que ese lugar se convirtiera en uno de los más visitados. También mostraba de manera profunda, ya desde entonces, nuestra creencia en la muerte y nuestra visión acerca de ella.

En 1961, Animas Trujano de Ismael Rodríguez es nominada también a «Mejor película extranjera». Tiene como protagonista a una estrella del cine de Akira Kurosawa, Toshiro Mifune, como Animas Trujano. La única película que el actor nipón realizó en México y donde tuvo que aprender los diálogos fonéticamente para que el lipsing de su boca y el doblaje quedara como quedó. Hasta la fecha, al mirar la película, parece que no hay dicho doblaje, el trabajo del actor es tan exacto que no se nota esta característica. Esa vez, también México perdió ante Ingmar Bergan y su película Como en un espejo.

Corre el año de 1962. Tlayucan de Luis Alcoriza, una historia que plasma de nueva cuenta la idiosincrasia del mexicano a través de Eufemio, quien al tener a su hijo enfermo roba una de las perlas de la estatua de la virgen de Santa Lucía. Al ser fotografiado in fraganti, el hombre es acusado de robo y va ser linchado por el pueblo. Al prometer regresar, la perla se da cuenta que fue tragada por uno de los cerdos que tiene en cría, pero, la joya aparece milagrosamente de nuevo en la imagen de la Santa.

Luis Alcoriza y Roberto Gavaldón son tomados en cuenta por historias que retratan la forma de vida de los mexicanos, detalle en el que nos adentraremos sólo superficialmente más adelante. Ese año gana el premio Sibila de Serge Bourguignon una producción francesa.

Es el año de 1975. Un director chileno, Miguel Littín, recrea la «matanza de Marusia» de 1925 con la película Actas de Marusia, que narra la historia de un grupo de mineros chilenos que al querer formar un sindicato de su gremio son detenidos por la violencia del gobierno que reinaba en esos días con consecuencias fatales para ellos y el pueblo a su alrededor. El director chileno tiende hacía el cine de corte social y de guerrilla, sin embargo la estatuilla fue para Akira Kurosawa y su película Derzu Uzala.

Tuvieron que pasar 25 años para que Alejandro G. Iñárritu y sus Amores perros fuera nominada como mejor película extranjera y así los mexicanos pudieran regresar a ser considerados para el premio por lo siguiente: un estilo más urbano, con nuevas propuestas visuales, con encuadres novedosos, provenientes más de la publicidad de televisión pero refinados para el lenguaje cinematográfico del 2000. Gael García Bernal era el protagonista, Octavio, un personaje escrito bajo la pluma de Guillermo Arriaga, en ese momento principal colaborador de Alejandro, con el que escribió dos filmes más: 21 gramos y Babel.

Ese año el cine mexicano y su innovador guión de historias cruzadas pierde ante la mística El tigre y el dragón que se convirtió en la tercera producción de habla no inglesa en estar simultáneamente nominada a «Mejor película» y «Mejor película extranjera». También obtuvo 10 nominaciones a los Óscar.

El crimen del Padre Amaro, de Carlos Carrera y basada en la novela portuguesa de Eça de Queirós de 1875, causó revuelo por su temática acerca del abuso de un sacerdote católico a una feligresa de su comunidad. El filme recaudó más de 20 millones de dólares en todo el mundo y 5 millones solamente en E.U. en el 2002. La cinta está protagonizada por Gael García Bernal y superó en taquilla a Y tu mamá también. Aunque la película fue muy polémica y levantó costras religiosas en México incrementando aún más su popularidad, logró la nominación al Óscar.

En ese año los mexicanos fueron protagonistas. Y tu mamá también de Alfonso Cuarón obtuvo una nominación al Óscar como «Mejor guión original», mismo año que Carlos Carrera competía por la figura como «Mejor película extranjera». Para «Mejor guión original», ganó Hable con ella de Pedro Almodóvar y para «Mejor película extranjera» Nirgendwo in Afrika de Caroline Link. Asimismo, la actriz Salma Hayek competía en la terna por mejor actriz por Frida, pero fue vencida por Nicole Kidman y su personaje como la escritora Virgina Wolf en Las horas de Stephen Daldry.

Pasaron cuatro años y Guillermo del Toro fue nominado por su realismo fantástico en el Laberinto del fauno. Para este entonces, los Tres amigos comenzaban a hacer más ruidos dentro de la industria de cine internacional y, por supuesto, también la anglosajona. En el 2006, los mexicanos son vencidos por una estremecedora historia acerca de las consecuencias del holocausto judío con La vida de los otros de Florian Henckel.

A partir de aquí, los mexicanos comenzaron a marcar una tendencia mucho más interesante en las secciones más importantes como: «Mejor director», «Mejor película», «Mejor fotografía» (El Chivo Lubezki) y a veces «Mejor guión original».

Otros cuatro años más tarde, Alejandro G. Iñárritu vuelve a estar nominado con Biutiful, protagonizada por Javier Bardem. Una historia que va más hacia la introspección mística por medio de un personaje como Uxbal, que le valió la Palma de Oro como mejor actor a Bardem en el Festival de Cine de Cannes en 2010. También la película obtuvo una nominación al Globo de Oro y al Óscar como mejor película extranjera.

Después de 8 años, podemos decir que todos los premios llevaron a Roma de Alfonso Cuarón y, junto al Tigre y el dragón de Ang Lee, es alternadamente nominada como «Mejor película extranjera» y «Mejor película». También es la primera vez que una película mexicana es reconocida con 10 nominaciones al Óscar y se une al gremio donde se encontraba Ang Lee e Ingmar Bergman (Fanny y Alexander) por tantas nominaciones.

Es de resaltar que Roma, una historia del día a día de una trabajadora doméstica de origen oaxaqueño, retrata de manera perfecta en sonidos e imagen el México de la década de los años setenta. Un homenaje al cine del neorealismo italiano, al monocromático con su formato en blanco y negro, con una mirada personal e introspectiva hacia un sector al que nunca se le había dado una voz: la ayuda doméstica.

El día de mañana, 24 de febrero, se celebrarán los premios a lo mejor del cine en Hollywood con la noche de los Óscar. México es uno de los países más importantes de la agenda con 10 nominaciones incluyendo la de «Mejor película extranjera». Con esto, el cine nacional hace historia y Alfonso Cuarón se coloca en lugar en el que muy pocos directores se encuentran (para ser precisos, sólo junto a Ingmar Bergman y Ang Lee). Así que, ¡viva México, Cuarones!

Luis Toriz
Autor: Luis Toriz ¿Qué es mejor, ser respetado o temido? ¿Sería mucho pedir ser ambos? Diría Tony Stark. Colaboro para el flamante Tour de Cine Francés y estoy orgulloso de estar aquí. Nunca les diré no la vayan a ver, sería atentar con su propio criterio