El vicepresidente: más allá del poder

Dick Cheney fue secretario de defensa y vicepresidente en gran parte de los mandatos republicanos en los E.U. desde Richard Nixon hasta George W. Bush. La guerra de Vietman, El Watergate, el ataque al WTC en Nueva York, la invasión en Irak, las prisiones en Guantánamo, el exilio y asesinato de Sadam Hussein, la caza, la muerte y captura de Osama Bin Laden, son sólo algunos de los «logros» dentro del portafolio de Cheney; todos como parte de las decisiones que se llevaban a cabo dentro de un cuarto de guerra dentro de las instalaciones del Pentágono.

Cuando George W. Bush le pidió personalmente a Dick Cheney que fuera su vicepresidente sabía perfectamente que sería el títere que serviría como portavoz y ejecutor de órdenes que previamente recibiría. El ya experimentado republicano se había asesorado jurídicamente en el cambio de algunas leyes constitucionales, donde, abusando de la confianza y pusilanimidad de Bush, las alteraría para que el ejecutivo tuviera todo el poder de decisión y así Dick ser la mano que mecería la cuna en el gobierno de E.U.

Llegué al cine a ver Vice sin nada de información acerca de él o la jerga política de Norteamérica. Es casi innecesario estar al tanto de esos datos, pues el director Adam McAy es lo bastante demostrativo con la información y el lenguaje, que no hace falta empaparte mucho acerca de términos políticos. Sin embargo, si se desea tener una dimensión diferente de la película, sí se debe leer un poco de historia y de los hechos que cité párrafos arriba, ya que ayuda a entender mucho mejor el contexto del personaje, sus motivos y las consecuencias a las que llevó a su país y al mundo.

Adam McKay ya es conocido por su cínica forma de presentar temas polémicos dentro de la sociedad y política americana. Uno de estos fue The big short, que narra lo que pasó en una de las crisis financieras más precarias que ha sufrido gringolandia y estuvo a punto de tener dimensiones internacionales. Sí. Me refiero a la crisis hipotecaria que le costó a muchos americanos perder no sólo sus casas, sino también todo lo que habían pagado hasta ese momento, causando un efecto de choque que tuvo como resultado la inflación de las tasas de interés bancarias que se volvieron impagables.

Vice narra la carrera de forma bastante dinámica la carrera política de Dick Cheney. La manipulación del poder, de la información y de la constitución americana. La película nunca trata de juzgar o aleccionar acerca de las conductas que Cheney toma respecto a la guerra en Irak, la caza de Osama Bin Laden o la búsqueda de “ISIS”, pero sí destapa y especula mucho respecto a lo que pasa dentro del cuarto de guerra estadounidense, la toma de decisiones después de los eventos del 11 de septiembre en 2001 y la guerra contra el terrorismo que tuvo un ligero cese al llegar Barck Obama al poder.

El director tiene un estilo peculiar de tratar temas complicados. El manejo de la información es efectivo y bien llevado. En esta película la carga del lenguaje político es demasiado y es necesario verla más de dos veces para entender un poco mejor los el trasfondo de los temas.

vice_ver5_xlg

Resalto bastante la transformación de Christian Bale y de Amy Adams como Dick y Linney Cheney. Ambos entregan personajes bien armados, con varias aristas que van desde el punto de vista familiar, empresarial y político. Recrean efectivamente lo que bien puede ser una típica familia republicana con las propias contrapartes a las que se pueden enfrentar como el matrimonio gay de su hija menor y la lucha de esta por el derecho al matrimonio entre parejas del mismo sexo, así como ocultar esta información para que no fuera utilizada en su contra.

Para concluir me gustaría decir que esta película merece las 8 nominaciones al Oscar y, a comparación de las demás películas nominadas, tiene un tema mucho más real y relevante que toma auge aún más actualmente por la permanencia de los mismos temas por los que luchaba la administración Bush: el terrorismo. Una película que seguro seguirá dando de qué hablar.

Luis TorizAutor: Luis Toriz ¿Qué es mejor, ser respetado o temido? ¿Sería mucho pedir ser ambos? Diría Tony Stark. Colaboro para el flamante Tour de Cine Francés y estoy orgulloso de estar aquí. Nunca les diré no la vayan a ver, sería atentar con su propio criterio
Etiquetado con: