#ForjandoPatria 1: Farol en la calle, oscuridad en la casa. El conflicto Venezuela-México

Forjando Patria es el título original del libro, escrito por Manuel Gamio, que funda la relación entre la antropología mexicana y el Estado mexicano. Es 1916 y hay un país que no sale todavía de una cruenta guerra civil, las facciones políticas suben y bajan del poder con una constancia alarmante y el proyecto de estado porfirista ha pasado a mejor vida junto con miles de mexicanos. ¿No les suena familiar? Efectivamente pareciera que hoy en día vivimos en una crisis social con estas características. La ironía del nombre de esta columna radica en que su autor no pretende presentar un proyecto de nación, como lo hizo el antropólogo Gamio, más bien intenta mostrar las ruinas de este fallido Estado mexicano.

La idea es presentarles no solamente los errores de los políticos mexicanos sino de la misma sociedad. Detenerse a analizar cómo todos llevamos al típico político mexicano muy en el fondo (otros no tanto) de nuestro ser. Las expresiones de patriotismo barato, racismo, clasismo y los comportamientos machistas son parte de esta sociedad por mucho que hoy en día se nieguen. Queda usted completamente en la libertad de contradecir lo aquí escrito y con gusto iniciar un debate.

El conflicto Venezuela-México.

I

Un ciudadano con cierto hábito de estar informado enciende su televisor al caer la noche. El noticiero que sintoniza, sea el canal que sea en la televisión pública mexicana, comienza a mostrar escenas de movilizaciones sociales reprimidas, presos políticos, con audios mal editados, gritando sus torturas, edificios gubernamentales atacados y clases de retórica política clásica. El ciudadano se alarma y se desgarra las vestiduras entrando a un estado de completa indignación por los derechos humanos violentados. Su furia saca al latinoamericanista (versión doctrina Monroe) que lleva dentro y defiende a los oprimidos al otro lado del continente. ¿Ah, carajo? ¿No estábamos describiendo a México? Pareciera que no porque el ciudadano, con tal de que se escuche más fuerte su protesta contra el gobierno de Venezuela, le pone mute a la televisión cuando comienzan las cifras de muertos y desaparecidos en México. Esa es la metáfora en la que vivimos.

Parece absurdo e irónico que el gobierno mexicano use toda su fuerza diplomática para “condenar” las represiones en Venezuela mientras las violaciones a derechos humanos son el pan de cada día de este país. Es irrisorio que se use a la Organización de Estados Americanos como campo de batalla por la “libertad”, cuando esta organización validó dictaduras por décadas y expulsó a Cuba en 1962 por no alinearse a las políticas económicas de E.U.  No es nada nuevo si recordamos que México fue el país que más exiliados recibió durante las dictaduras sudamericanas del siglo pasado, al mismo tiempo que asesinaba y perseguía los movimientos guerrilleros en una oscura parte de la historia de este país llamada “la guerra sucia”.

Y eso, cual enseñanza de padre a hijo, se replica en la sociedad. Ya que es muy fácil hablar y condenar al gobierno de Nicolás Maduro con tal de olvidar la violencia y la crisis económica en nuestro propio país. Ser parte del prototipo de intelectual actual te exige no situarte en dogmatismos y gritar por la pobre libertad del preso político venezolano al mismo tiempo que ignoras la situación de Mireles o los cientos de presos políticos que tiene el gobierno panista de Puebla.

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II

“Venezuela es el México que puede venir”, “Si tanto le gusta a AMLO Venezuela, que se vaya a vivir a Venezuela” y más textos de nuestros grandes periodistas y representantes políticos ocupan los espacios de los principales medios de comunicación. Qué chulada de herramienta mediática el juzgar y criticar la situación venezolana, al mismo tiempo que se siembra el miedo de parecerse a este país si llega el principal opositor político. Este es nuestro PRI, nada tonto porque más sabe el PRI por viejo que por tecnócrata. Y, como está predispuesto, la parte de la sociedad desinformada compara a AMLO con Maduro sin saber que ambos proyectos de nación son muy distintos. No se trata de defender a Obrador, que ha caído en complicidades muy polémicas, sino de reivindicar el derecho de no intervención en asuntos políticos de otros países.

La burda alerta aquí anunciada es la de tomar consciencia sobre la doble cara de nuestra clase política frente al conflicto venezolano, cómo se trasmina esto hacia la opinión pública y de qué forma sirve de perfecto instrumento para perpetuar el sistema de violencia e ineficiencia política de nuestros actuales gobernantes. Sí, de los nuestros, no de los venezolanos.

No se trata tampoco de ignorar los errores y la mala administración de Nicolás Maduro en Venezuela. El análisis de cómo se rompió la alianza con los sectores populares que impulsó Chávez tiene que darse desde una trinchera que no sea la de la moral política, porque los miles de desaparecidos y muertos están como trágicos testigos de que este país perdió esa moral política. Adelante, que vengan las reflexiones y los debates sobre la situación venezolana siempre que la intención sea informar y proponer otras perspectivas. Como dirían en el norte, no seamos come santos y caga diablos.

P.D: El petróleo se nos va a volver a caer, CEMEX ya está preparándose para hacer el muro, el doctor Mireles volvió a aparecer con las autodefensas, el PAN se quiebra y López Obrador tiene a uno de los amigos de Fox como su nuevo aliado. Hay para llevar, favor de comunicarse con este servidor para saber de qué lado quieren abrir el debate.

 

 

Tonatiuh TeutliAutor: Tonatiuh Teutli
Estudiante por las mañanas de Estudios Latinoamericanos en la UNAM y por las tardes de Antropología Social en la ENAH. Eterno aficionado de la cultura popular, los diarios privados y el activismo político.