Hoy, directo desde León, España, presentamos una selección de poesía de Adrián Astorgano, que es impresor, diseñador, ilustrador y poeta.Ilustación, ya lo saben, de Cecilia Saucedo.
Dormir al apocalipsis
Anoche volví a soñar con él,
un avión diagonal,
en reverencia
rasurando la cordillera comarcal
para beber sudor de un pantano
infestado por una fauna
tan maquínica como sus alas.
El Verdugo (la mañana siguiente)
Solía ocurrir ese mismo paseo
durante varias noches, sonámbulo
el verdugo
no hacía falta insistir, el asfalto hizo el resto
besos torcidos de chimenea y su amnesia
a la trinidad del mes, del error, del cordero.
el verdugo, de puntillas
dejando caer aquellos muslos
como una copa muerta, para poder
soportar el orden de la habitación
el verdugo, en compañía
encerrados
vistiéndose para el sacrificio
el olor que espesa, borroso
así, buscamos la capucha de
el verdugo, escudriñando
Y pese a saber
el motivo exacto por cada ejecución
aun así apagaba el motor
bajaba del coche, sin rostro
dando comienzo a la ronda visitas.
La guerra de los mundos
al menos
desearía ver
nuevos cuerpos
estallando de pánico
porque lo somos, sádicos
cuando los mundos colisionan
y algún otro Orson Wells, tan mediático
regale circo de enjambre, la fantasía
de algún George Romero así
en algún centro comercial
el colapso fotografiado,
en un paso de zebra
en la prensa rosa
replicantes
zombies.
Nicotina
varias colillas en el tiesto
del bonsai
tantas, que ya serán
pequeños montes calcinados
para cuando el microondas
de su alarma
y vuelva al cuarto
con el tazón de leche
aún algo templado.
S(imone)
Aún te imagino
como envuelta, en lana
con melodías de Juana Molina
con un par de galletas sobre la mesa
y la muerta, la planta
el moderado, inicíatico, licor furioso
la comida a menudo estampada
con alimentos de facil hurto
y los flashes intrusos
sin revelado.
Todo bajo control
(érase)
una vez
bajado al puente
veo su estructura de titanio
el pescador
tendiendo su trampa
(el humo)
arriba el coro
del juego en equipo
uno de fútbol, mismamente
(entrando en colisión)
hay humo
tanto humo camuflado
por entre el ramaje y sus brotes
un humo que todo lo ve
(el ascenso de los bípedos humanoides)
que todo lo lleva mientras, de regreso
muy cerca del lugar del incendio
hay allí también
un garabato de tiza en la acera
un monigote de dos cabezas;
aquella infancia (una parecida)
a manos, de
una última canción
(en lugar del amor)
sonando
la sección de vientos de cada automóvil
ahí donde tienen cosquillas
(sólo es otro estado mental)
toda esa tapicería,
el confort fantasma por cada desplazamiento
(inclusive, aquellos momentos previos al cortocircuito aéreo)
Adrián A. Astorgano (León, España 1990) es ilustrador y diseñador gráfico. Licenciado en Bellas Artes y con un Máster que no viene al caso por la Universidad de Salamanca. Colabora activamente con publicaciones independientes como Revista Pangea, Revista Cantera, Sie7e, Revista El Humo, Caligrama,o Hamster. Escribe reseñas literarias para Notodo.com. También dibuja o se aburre a la par que desempeña labores varias, como el ensamblaje de hamburguesas y las tareas propias de un impresor multicopista.
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