Sobre la soledad: el silencio en Lost In Translation y la palabra en Everyone’s going to die*

«Es lo que no le pasó a uno
lo que determina el silencio, …»
Neruda,
«La Soledad» en Memorial de Isla Negra.

*El siguiente texto contiene diversos spoilers -pequeños, pero al final spoilers-.

Tan marcada se ha llegado a trazar la consciencia del ser humano que, aún mirándonos los unos a los otros, sentados y parados, mudos o habladores, nos sentimos solos; o acaso es que no importa la compañía física sino solamente aquella que se resguarda en el pensamiento. El origen que dio pie a tales o cuales acepciones, junto con el tiempo en el que ha mantenido su presencia dentro del espectro del ser humano, queda aún desconocido. Resulta difícil comprender enteramente la dispersión y la sombra que la soledad compone, sin embargo, es cierto que la residencia de tal ausencia o sentimiento ha generado a lo largo de los años diversas manifestaciones de todo carácter artístico que han logrado acercar a unos y otros mediante la coincidencia de tales pesadumbres.

Separadas en el tiempo por diez años, y por el espacio de un continente, además de diversos elementos que constituyen a los respectivos filmes –como bien se ha indicado: el silencio y la palabra– Everyone’s going to die y Lost In Translation representan dos trabajos cinematográficos que comparten, grosso modo, su trama, pero más preciso, su línea temática. A través de la fotografía y la mise en scène, Sofía Coppola une a Bob y a Charlotte en miradas lejanas entre las luces de un club japonés, propuestas al anochecer con intenciones secretas y distintas formas de compañía alejadas de las amorosas; y, por otro lado no muy lejano, Jones, el director independiente que logró realizar Everyone’s going to die gracias a las recaudaciones a través de Kickstarter, vincula a Melanie y a Ray mediante un elaborado guión y el espléndido trabajo de sus actores en conversaciones sobre su respectivo pasado, reflexiones y sentencias espontáneas acerca de sus vidas y confesiones personalísimas difícilmente confiadas a personas ajenas.

La soledad es vacío, profundidad y ausencia. Melanie asegura sentirse incomprendida, negada por su propia familia y vive conforme con algo que le parece solo estar bien: “I am lost” le dice a Ray, quien, debido a las meticulosas palabras que le son conferidas, es representado como aquella persona que es la opción adecuada en el momento indicado para estar: “Melanie: –It’s pretty. Ray: –Everything it’s pretty if you see it from afar. Melanie: –Even me?…”; Bob, en su vinculo con la forma masculina de Lost In Translation, afirma, por medio de su desenvolvimiento en escena, lo mismo: a pesar de estar en un país en donde no comparte ni la lengua ni las costumbres, su acercamiento con otras personas más próximas a él –fans angloparlantes, su esposa o su representante– no lo hacen sentirse más cómodo. Esta fatiga y pesadez que se reflejan en los tenues colores y secuencias de un solo plano representan una desolación aparentemente causada por el exterior, no obstante, Charlotte y su peluca rosa alcanzan a descansar, durante una de las escenas de la película, en el hombro de Bob con los mismos tenues colores y secuencias con planos medios, revelando que, quizás, la pesadez no sea producida por el extranjero exterior.

Lost in translation

Charlotte, al igual que Melanie, aparece durante algunos momentos con sus audífonos, voluntariamente aislada de los demás en conversaciones superfluas con su esposo y su amiga actriz, hablando por teléfono con Lauren, confesándole lo mal que se ha sentido hoy sin causar ninguna clase de importante abrupto, y acercándose más y más a la compañía de Bob, con quien logra establecer una relación que fomenta un cambio en ella; de la misma forma, Ray alcanza a percatarse de la importancia que ha cobrado Melanie en su vida cuando le reconoce los motivos por los cuales había huido de su familia años atrás y continúa encontrándose con ella por circunstancias aparentemente espontáneas, otorgándole el derecho fatal de continuar confiando en ella.

Ambos filmes encuentran en sus protagonistas la resguardada aflicción que solamente se manifiesta cuando se está en compañía de la otra persona. Sin su contraparte, el silencio en Lost In Translation no cobraría tal significación, por lo que, en algunos momentos nos adentramos en breves pláticas entre Bob y Charlotte sobre el futuro y sus respectivas desolaciones; por otro lado, en Everyone’s going to die también existen muestras silenciosas de comunicación que impulsan las indeterminaciones que se tienen alrededor del futuro de los personajes, por ejemplo, en el hotel teñido de un esperanzador amarillo que contrasta con el vestido amarillento de Melanie mientras interpreta a un dinosaurio.

everyone's going...

Las dos películas se unen en una simbiosis que vira la manera en la que su pareja se enfrentaba a la soledad con el fin de continuar, de una u otra forma, juntos: tras haber presenciado tal muestra de sinceridad, al situarnos en los últimos minutos del film, el extenso diálogo de tres días entre Melanie y Ray se transforma en un silencio potencial a palabra cuando, con miras a su separación, Ray dice la última línea de la película: “–Melanie, I think I should say something important”; y el silencio en Lost In Translation se convierte en las irreconocibles palabras que Bob Harris le pronuncia en el oído a Charlotte, elemento potencial a un silencio donde Coppola construye un grisáceo plano general donde Bob y Charlotte se abrazan solitarios con gente alrededor.

Justo en el final, la comunicación inevitable entre Lost In Translation y Everyone’s going to die produce en el espectador una reflexión acerca del epígrafe de este texto y, aún más, sobre si tanto las palabras o el silencio sirven para confortar las distintas soledades o si en realidad son los silencios, las palabras y el apoyo involuntario de individuos específicos quienes nos reconfortan.

 

Juan Manuel NoguezAutor: Juan Manuel Noguez
Estudiante de Letras Hispánicas en la FFyL de la UNAM. Miembro fundador de Producciones IDM. Entusiasta del cine, la literatura y los cómics.