Miguel Guardia: el alegre pesimista. Entrevista a Paloma Guardia

La fotografía es propiedad de María Paloma Guardia Montoya, hija del poeta. Agradecemos su permiso para publicarla. Esta entrevista fue originalmente publicada en el número 6 de la revista Primera Página.

 

Miguel Guardia nació en la Ciudad de México el diecisiete de agosto de 1924; murió el veintidós de noviembre (el día de los músicos) de 1982. Yo era muy joven, tenía 21 años, cuando él murió. Su padre fue catalán, Manuel Guardia Fuste; su madre, mexicana. Se conocieron cuando mi abuela, Concepción Ríos, tenía catorce años. Tuvieron nueve hijos de los cuales murieron tres. Mi abuelo se rodeó por los intelectuales de su tiempo y se hizo dueño de una librería que estaba en la calle cinco de mayo que se llamó Compañía Librera Mexicana; pienso que de ahí le pudo llegar al niño (luego joven) Miguel Guardia la inquietud literaria.

¿Quién fue Magda Montoya?

Esa pregunta es absolutamente difícil de contestar y, a la vez, la respuesta es muy sencilla: Magda Montoya es mi madre, esposa de Miguel Guardia, primera esposa de Miguel Guardia, con quien tuvo a su única hija, que soy yo. Por cartas, que mi padre envío a mi madre y que yo conservo, sé que Magda era una mujer hermosísima; la de la piel más suave que pudo tocar; la de esencia y presencia que enamoró perdidamente a Miguel. Él era enamoradizo; después se volvió a casar con una escritora pero, ella,  Magda mi madre, fue el amor de su vida, su pasión más grande.

Magda mi madre, fue el amor de su vida, su pasión más grande.

¿Cómo conoce Miguel a Magda?

Magda Montoya tenía una escuela de danza, la Escuela de Danza de Magda Montoya, que estaba en lo que ahora es la glorieta del metro Insurgentes. También estuvo un tiempo en Mascarones. En el salón de ensayo de Mascarones había unos cristales por los que se veía a las bailarinas tomar su clase de danza. Magda y algunas de sus alumnas eran arrebatadoramente guapas, tanto así, que para Fausto Vega, Rubén Bonifaz Nuño, Miguel Guardia entre otros que no recuerdo, era maravilloso verlas por las ventanas, para  no ser interrumpidas durante la clase, Magda pegaba periódicos en los cristales. Pero fue hasta que ella lee un poema de un señor, un tal Miguel Guardia, que se enamora del nombre.  Ella no sabía que ese Miguel estaba entre los que interrumpían su clase; ella creía que era un ancianito. Y un día, en ese ámbito, le presentan al Miguel Guardia del poema. Se turbó porque se encontró con un hombre unos años más joven que ella, un hombre tímido, discreto, con bellos ojos.

Guardia era un hombre muy tímido. Le daban pánico las multitudes. Fue presidente de la Asociación Mexicana de Críticos de Teatro. Por cierto renunció a esa presidencia porque se dio cuenta de la falsedad y los favoritismos de ese tipo de grupos. Escribió mucho tiempo en Excélsior, hasta la salida de Scherer.

 

La muerte en Miguel Guardia

Siempre fue un tema recurrente en su escritura pero al final no le tomó mayor importancia. La muerte lo sorprendió muy joven. Tampoco creo que le haya importado morir por una complicación quirúrgica. Era pesimista. Es complicado: era dicharachero, alegre, bromista, y al mismo tiempo, todo lo contrario. Siempre tan depresivo. Sus poemas hablan por él con su lenguaje cotidiano. Tuvo una pasión enfermiza hacia los perros, que yo afortunadamente heredé. Amo a esos seres más allá de muchas cosas  y personas.

Era pesimista. Es complicado: era dicharachero, alegre, bromista, y al mismo tiempo, todo lo contrario. Siempre tan depresivo.

El Retorno

El Retorno es un poema muy largo y que dice tanto, dedicado a Magda por supuesto. Fue un parteaguas en la vida de Miguel y en la poesía de su tiempo, el medio siglo: el antes y el después de El Retorno y otros poemas.

Hay otro poema dedicado a mi madre, se llama “La sangre enamorada” En una estrofa dice ¿No la han visto bailar? ¿acariciar el aire con las manos tendidas, y partirlo con el cuerpo, dulce o violentamente, …, en su primera versión termina con el nombre Magda. La segunda esposa, como si aquello se pudiera acaso, borró el nombre en una edición posterior… En fin, el texto describe perfectamente a mi madre. De la vida de mi padre jamás se borró el nombre de Magda.

Hay investigadores que afirman la suma importancia de la escritura Guardiana por su forma y contenido.

De la reedición de su obra

Pienso que es oportuna. Es un poeta poco conocido, brillantísimo. Hay investigadores que afirman la suma importancia de la escritura Guardiana por su forma y contenido, pero eso es trabajo precisamente de investigadores y no mío. Testamento único es un poema que me dedicó. Me quedo con él y lo que allí mi padre expresa.